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La locura de las reformas
Envuelto en papel higiénico y dejado en: dormir , reforma , ruido
¡Por Thor, que alguien acabe con mi sufrimiento! |
Abajo vivía una señora mayor con una familia de Ecuador que la ayudaba (lo expliqué en mi antiguo blog), hasta que un día dejé de oir ningún tipo de sonido. Al parecer, la señora mayor murió hace unos meses y supongo que o habrán vendido el piso o lo estarán reformando para alquilarlo, algo muy habitual en mi barrio, unos de esos bonitos barrios antiguos, donde la afluencia de restaurantes de diseño ha hecho que alguna sección joven de la parte rica de la ciudad se haya establecido aquí. O al revés, no se qué fue antes, el huevo o la gallina.
Visto el volumen del contenedor de escombros que se llevaron ayer lleno hasta arriba, está claro que lo van a reformar entero, así que si mi cocina la hicieron en unas tres semanas, auguro que esto va a tardar, por lo menos, un par de meses. Y venga a picar desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Solo de pensarlo ya me duele la mano, recordando aquellos días en que me despertaba con las palmas hinchadas y doloridas (todavía tengo el dedo anular de la mano derecha jodido).
Para unos días que me lo estoy tomando con calma, porque no tengo otro remedio que esperar a que me traigan los muebles, estos cabrones no me dejan ni levantarme tarde.
Aghjstrmfhjp!!